El abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez criticó con dureza el decreto presidencial que reformó el estatuto de la Policía Federal Argentina (PFA) y advirtió que la medida es “nula de nulidad absoluta”. A través de sus redes sociales, el jurista santarroseño calificó la decisión del gobierno de Javier Milei como una “declaración de identidad autoritaria y antidemocrática”.
Gil Domínguez sostuvo que el Decreto Delegado 383/2025, con el que se aprobó el nuevo estatuto de la PFA, viola los límites de la delegación legislativa establecidos por la Ley Bases (27.742). Según explicó, el Congreso solo habilitó al Poder Ejecutivo a reorganizar órganos de la administración central, pero no a dictar normas generales que restrinjan derechos. “Pasar de un decreto-ley de una dictadura a un decreto delegado de esta naturaleza es toda una declaración de identidad autoritaria y antidemocrática del presente gobierno”, denunció.
La reforma, impulsada por Milei y anunciada en un acto en la sede de la Policía Montada, derogó la ley orgánica de la PFA vigente desde 1958 —sancionada durante la dictadura de la Revolución Libertadora— y presentó un nuevo enfoque para la fuerza: estará centrada en la investigación de delitos complejos y la seguridad del Estado.
Uno de los ejes principales del nuevo modelo es la creación del Departamento Federal de Investigaciones (DFI), una estructura que, según el Gobierno, funcionará como una versión argentina del FBI de Estados Unidos. Durante el acto, Milei expresó su intención de “aprender de los mejores”, en alusión a Estados Unidos e Israel, y fue acompañado por figuras centrales de su gabinete, entre ellos Karina Milei, Luis Petri, Guillermo Francos, Manuel Adorni y Mariano Cúneo Libarona. También asistieron magistrados como los camaristas Mariano Borinsky y Carlos Mahiques.
El Presidente subrayó que no se trata de un simple “rebranding”, sino de un cambio profundo en el perfil de la fuerza, basada en tres pilares: “el que las hace las paga, el orden público es sagrado y los de azul son los buenos”.
En esa línea, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich calificó al DFI como “el corazón de esta nueva PFA” y anticipó la incorporación de nuevos cuerpos especiales, agentes encubiertos y un fuerte impulso a la inteligencia criminal. La reforma, sin embargo, despierta serias objeciones legales y políticas, como las planteadas por Gil Domínguez, en un contexto de creciente tensión institucional.