La morosidad en los créditos a familias volvió a crecer en julio y alcanzó un récord histórico desde que existen registros oficiales. Según el Banco Central (BCRA), el ratio de irregularidad se elevó al 5,7%, contra el 5,1% de junio, marcando el noveno mes consecutivo de suba en un contexto de volatilidad de tasas de interés y freno en el crédito al sector privado.
Las líneas con mayor deterioro fueron los préstamos personales y las tarjetas de crédito. En los primeros, la morosidad saltó del 6,5% al 7,3%, mientras que en los plásticos subió del 4,9% al 5,3%, informó Ámbito.
Evolución de los préstamos
Prendarios: también mostraron un leve deterioro, pasando del 3,7% al 3,9%.
Hipotecarios: escaparon a la tendencia general y mostraron incluso una mejora, con una tasa de irregularidad de 0,9% frente al 1% de junio.
Factores de la suba
El economista Federico González Rouco (consultora Empiria) explicó que el incremento de la morosidad está directamente vinculado al freno en la actividad económica y a la pérdida de poder adquisitivo. “Las cuotas ya no se licúan como antes por la desaceleración de la inflación, y a las personas les resulta más difícil afrontar sus compromisos financieros”, señaló.
En el caso de los hipotecarios, aclaró que la solidez se debe a factores intrínsecos: “La gente lo primero que trata de sostener es el pago de la vivienda”.
Con este registro, la morosidad alcanzó el nivel más alto desde enero de 2010, cuando el BCRA inició la serie estadística.